El director de fotografía Erik Messerschmidt, ASC, habla sobre su trabajo en Devotion (J. D. Dillard, 2022), Mank (2020), y la serie de TV Mindhunter (2017, 2019).
Entrevista en inglés con interpretación simultanea al español.
Director of Photography Erik Messerschmidt, ASC, talks about his work on Devotion (J. D. Dillard, 2022), Mank (2020), and the TV series Mindhunter (2017, 2019).
Interview in English with simultaneous interpretation to Spanish.
Durante el MicroSalón Madrid 2022 tuvimos la oportunidad de charlar con el invitado especial de la AEC, el director de fotografía Erik Messerschmidt ASC.
Os ofrecemos la conversación que mantuvo con Julio Gómez (al que hemos cortado porque no le pusimos micro) sobre sus trabajos con David Fincher (“Mank“, “Mindhunter“) y también trabajaos recientes en colaboración con Dana Gonzáles, como “Fargo” o “Legión“.
Entrevista filmada y montada por Juan Esparza Cevallos para Camera & Light.
Entrevistamos a Erik Messerschmidt, director de fotografía estadounidense, en el marco del evento MicroSalón AEC, con sede en Madrid. Messerschmidt es habitual colaborador del cineasta David Fincher y obtuvo un premio Óscar a la mejor fotografía por Mank.
Me gustaría preguntarte si consideras que el cine proviene de la fotografía, si te parece que el cine proporciona movimiento a las fotografías o si proviene de una transformación técnica más compleja.
Es una gran pregunta. Creo que el cine es storytelling extendido en el tiempo. Es esculpir en el tiempo, como decía Tarkovski. La fotografía tiene que ver con la historia de un momento singular. El cine manipula y hace progresar el tiempo. Tiene más en común con la literatura y los sueños que con la fotografía.
Joe Penhall, creador de la serie ‘Mindhunter’, en Madrid (Samuel Sánchez)
El creador de ‘Mindhunter’ repasa las entrañas de un género en auge en la ficción: “Hollywood los convierte en personajes icónicos, pero solo son seres tristes y muy jodidos”
Aunque la segunda temporada de Mindhunter (Netflix) se emitió en 2019, todavía muchos de sus seguidores siguen preguntando si volverá la producción que, en sus dos entregas, seguía el trabajo de dos agentes del FBI y una psicóloga que ponen en marcha la Unidad de Análisis de la Conducta del cuerpo en los años setenta. La serie, que tiene entre sus directores y productores al cineasta David Fincher, se basa en las memorias del exagente John E. Douglas y el escritor Mark Olshaker. A partir de ese material y muchas entrevistas con policías reales, expertos en análisis del comportamiento, e incluso con los agentes que capturaron a asesinos en serie como Green River y Ted Bundy, el autor teatral y guionista Joe Penhall (Londres, 55 años) ficcionó las vidas de quienes trataron de meterse en la mente de los criminales más peligrosos.
Are we totally saying goodbye to the option of a 3rd season of Mindhunter?
“I think so. Never say never, but Fincher loves making movies, and making movies is easier than 10 episodes of Mindhunter. The thing is that to make series for Netflix you have to make them like in a sausage factory. You have to get the episodes out with little money. I did 25 or 30 script rewrites per episode. It became impossible. Fincher realized that he couldn’t do that for a long time and also make movies. The budget was too high, we had the best directors… To move forward we would have to lower the quality, and that is why I think it will not happen. But I have told David [Fincher] that I have more seasons in mind. He always tells me, ‘well, we’ll see, who knows…’. In fact, Penhall wrote in 75 pages the main lines of what he devised as 5 seasons of the series. “In the 5th, Tench [played by Holt McCallany] and Holden [Jonathan Groff] become authors, they write books. They go to Hollywood premieres and no longer work as agents, become famous and sign autographs, and have a battle with other rivals over who invented behavioral science and even become consultants on a Hollywood movie. It was a very playful idea”, he smiles.
El primer y único guion que escribió su padre. Un proyecto con el que ha soñado más de 30 años. La leyenda detrás de la, quizás, película más mítica de la historia. Todo eso y mucho más es ‘Mank’, una mirada –en glorioso blanco y negro–a la figura de Herman J. Mankiewicz –un glorioso Gary Oldman–, y el film más personal de David Fincher. FOTOGRAMAS tuvo la suerte de compartir con él una extensa, divertida y exclusiva charla.
David Fincher (Denver, Colorado, 1962) tiene fama de perfeccionista y de no andarse con rodeos. Mejor: de tener una atención al detalle rozando la obsesión que es directamente proporcional a su nula capacidad de tolerar a todo aquel que: a) le impida materializar su punto de vista creativo; b) ose hacerle perder el tiempo, ya sea un mandamás en traje o la estrella de turno con la que comparta rodaje. Pero si alguien puede permitirse esa imagen es él. Fincher es autor –un término que, veremos, no comparte–de un cúmulo de obras que han marcado el pulso y también el camino del reciente cine contemporáneo. Así, cuando, una tarde de otoño, FOTOGRAMAS descolgó el teléfono para entrevistarlo, esperábamos encontrar a ese Fincher cuyos sets, según Robert Downey Jr., son como gulags. El director de las 100 tomas de media. El de los rifirrafes con los estudios. Y no, no fue así. ¿Hola? Soy David. Es alucinante.He conseguido conectar sin equivocarme, le escuchamos decir. ¿Es realmente David Fincher? ¿Dónde está el acostumbrado filtro del equipo de publicistas y relaciones públicas? Soy yo de verdad. No tengo agentes de prensa nirelaciones públicas porque todo el mundo sabe que no merelaciono en público, dice entre risas. Esa fue la primera carcajada. Toda una sorpresa. Y vendrían más.
La sombra de una duda
Desaparecido de la gran pantalla desde esa pérfida vuelta de tuerca al thriller y la comedia romántica que es Perdida (2014), Fincher firma con Mank su film más clásico, y también el más personal: un retrato íntimo de Herman J. Mankiewicz, experiodista, alcohólico vocacional, novelista frustrado y toda una personalidad entre los bastidores de la Edad de Oro de Hollywood que firmó, junto a Orson Welles, el guion de Ciudadano Kane (1941). Esa colaboración y un acercamiento sobre el proceso creativo y sus fuentes son el corazón de una trama que bebe de una de las polémicas más publicitadas sobre la autoría artística. En los 70, Pauline Kael, la referente de la crítica estadounidense, publicó en The New Yorker una serie de artículos –editados después en el ensayo Raising Kane (publicado en España por Cult Books como El libro de Ciudadano Kane)– en los que se aseguraba que Welles no participó en absoluto en la escritura del film. El mérito era solo de Mankiewicz, decía. Poco después, Peter Bogdanovich, íntimo amigo de Welles, respondería con otro texto en el que desmentía, con testimonios y las anotaciones del propio cineasta, la versión de Kael. La duda, sin embargo, quedó. Pero ni esa disputa ni tampoco su resolución, como si de un serial killer a cazar se tratara, están en el origen del proyecto. Lo que convierte este film en algo personal para Fincher es que se trata del único guion de Jack, su padre. Y el Rosebud de Mank, evidentemente, tenemos que buscarlo en su infancia.
Castillos de naipes, chicas tatuadas, botones menguantes y hambrientos del like. Han vuelto los Todopoderosos para contarnos todo lo que se les quedó pendiente sobre David Fincher.
O sea, Rodrigo Cortés, Javier Cansado, Juan Gómez-Jurado y Arturo González-Campos. Que alguien llame a los mindhunters.
Autor de libros como La Leyenda Del Ladrón, El Paciente, Cicatriz o su reciente Reina Roja, un autor traducido a más de 40 idiomas, y una de las mentes más intrigantes de la cultura española.
Un ilustre ignorante que demostrará que ambos adjetivos son falsos en su caso. Uno de los grandes cómicos de este país y un comunicador que, cada día, hay que descubrir. Se afeita regular, eso también lo tiene.
Rodrigo Cortés ha hecho una película dentro de una caja y tres fuera. Escribe libros, habla por la radio y huele genial. Una vez se quedó atrapado en un ascensor con Carlos Boyero.
Durante muchas noches ha gritado en La Parroquia de Onda Cero, escribe libros, hace guiones y es monologuista, la prueba viviente de que un feo también tiene lugar en este mundo.
Pelayo de las Heras Álvarez Septiembre 2, 2019 Mondo Sonoro
Jason Hill fue miembro de los relativamente efímeros Louis XIV, ahora volvemos a tenerle por aquí en una faceta bien distinta. Suya es la banda sonora original de la serie televisiva de Netflix “Mindhunter“. Aprovechamos el estreno de su segunda temporada para charlar con él.
Es la década de 1970 y los coches, brillantes y alargados, recorren las ciudades de Estados Unidos bajo la macilenta luz de las farolas. Jimmy Carter es presidente, J. Edgar Hoover lleva muerto varios años y la guerra fría sigue en marcha. Salir a la calle ya no parece tan seguro como lo era en la idealizada década de 1950, pero el país vive, entre todas, una particular pesadilla: los asesinatos en serie. El miedo al otro se instala en la sociedad norteamericana. ¿Conseguirá el FBI modernizarse a tiempo de una forma adecuada y eficaz? Sigamos la serie para descubrirlo. Una serie, por cierto, que destaca entre los thrillers televisivos actuales. Y uno de los motivos es por la atractiva banda sonora de Jason Hill, vocalista y guitarrista de Louis XIV, una banda que publicó tres álbumes en cuatro años durante la década pasada.
La banda sonora original de “Mindhunter” parece siempre sutil, delicada. Es como en la introducción de la serie, con la pieza de los créditos, en la que la subversión se esconde detrás de esa música y la perfección y cuidado de los agentes manejando la grabadora. Eso debe haber sido difícil de lograr. ¿Cómo fue el proceso creativo?
Era cuestión de encontrarle la voz, de encontrarle color al movimiento. Fue como un enigma. Yo desde el principio comencé a sentirlo como una bruma, una especie de niebla o agua. Era líquido, resbaladizo… pero también era como esa característica ilusoria de los pensamientos, que también es algo de lo que se trata en la serie, especialmente en la primera temporada: las cosas que ocurren y tienen lugar en las mentes de las personas y luego el camino y la acción que toman. Los pensamientos son muy extraños, no puedes tocarlos. Eso sucede muchas veces con la música también. Quería que la música fuera así, cuando no puedes tocarla exactamente, resbalándose entre los dedos.
Entonces, la banda sonora tiene una fuerte carga psicológica.
¡Sí! Por suerte, llevo trabajando con Fincher alrededor de cinco o seis años, y mucho de ese tiempo ha servido para identificar el sonido y la estética de las cosas y los temas [en particular]. Desde entonces ha sido fantástico; más o menos siempre lo encontramos juntos. Con “Mindhunter” he empezado a trabajar desde una fecha bastante temprana, incluso ocho meses antes de ver siquiera una sola imagen. De hecho, empecé desde el momento en que me dijo: ‘¿te apetecería hacer esto?’. Me mandó el guión y lo leí… ¡pero fue difícil! Me considero una persona muy relacionada con todo lo visual y sonoro, pero no es como que al leer el guión se me haya ocurrido la música. Nada de eso. Gran parte del proceso, por tanto, fue para encontrar algo que yo sintiese que era correcto. Cuando vi una imagen, entonces sí, todo adquirió sentido. La “sensación” o esencia que debía transmitir la serie surgió de mí al momento.
Parece que funcionó, porque la música encaja a la perfección con la serie. Había dado por hecho que habías comenzado a partir de las imágenes.
Oh no, no. Hay una canción titulada “The Crime Of The Century” que fue la primera que compuse a partir de una imagen. Fue como: ‘whoah, vale, este es el sonido de la serie (aunque por entonces ya había trabajado largo tiempo en ello). Esa fue la parte en la que sentí que había encontrado lo que buscaba, algo de un aspecto y movimiento acuoso, espeso. Se asemeja a cuando lanzas una piedra en un lago y ésta va formando pequeños círculos o anillos. Así sentía yo esa pieza en relación con la música y con el resto de canciones que estaban por venir. A veces me sentaba al piano y, aunque es difícil de explicar, sentía que la forma en la que estaba tocando era la que se suponía que debía de ser. Es decir, que ese ritmo era el que debía haber en la serie. Extrañamente, a pesar de que desde pequeño siempre creaba canciones, yo nunca entré en el mundo de la música para ser compositor.
Hemos convertido nuestro auditorio en una fábrica de jabones, un juego peligroso, una caja sospechosa, una casa de cartas, una habitación del pánico…
O sea, Javier Cansado, Rodrigo Cortés, Juan Gómez-Jurado y Arturo González-Campos, los mindhunters de Todopoderosos, se han dedicado a hablar de David Fincher y sus pecados capitales.
Autor de libros cómo El Paciente, Cicatriz o su reciente Reina Roja, un autor traducido a más de 40 idiomas, y una de las mentes más intrigantes de la cultura española.
Un ilustre ignorante que demostrará que ambos adjetivos son falsos en su caso. Uno de los grandes cómicos de este país y un comunicador que, cada día, hay que descubrir. Se afeita regular, eso también lo tiene.
Rodrigo Cortés ha hecho una película dentro de una caja y dos fuera. Escribe libros, habla por la radio y huele genial. Una vez se quedó atrapado en un ascensor con Carlos Boyero.
Durante muchas noches ha gritado en La Parroquia de Onda Cero, escribe libros, hace guiones y es monologuista, la prueba viviente de que un feo también tiene lugar en este mundo.
Another comprehensive article by Spanish DP, Producer and cinematography scholar Ignacio Aguilar, this time on the cinematography of Zodiac. Time to practice your rusty Spanish or get help from a good web translator.
Excepcional adaptación cinematográfica del libro de Robert Graysmith, basado en su propia investigación sobre los asesinatos cometidos en la zona de San Francisco a finales de la década de los 60 y comienzos de los 70, por un asesino que además enviaba cartas a los períodicos, anunciando sus planes y próximas víctimas. El film está protagonizado, además de por el propio Graysmith (interpretado por Jake Gyllenhaal), por su compañero en el San Francisco Chronicle, Paul Avery (Robert Downey, Jr.) y por el detective de homicidios Dave Toschi (Mark Ruffalo), los cuales uno a uno, se van obsesionando por el caso que les ocupa a medida que profundizan en el mismo y creen encontrarse cerca de resolverlo. Se trata quizá del mejor y más sólido trabajo de David Fincher detrás de las cámaras, quien deja de lado su conocida solvencia técnica y se lanza a narrar minuciosamente todo lo concerniente al caso que inspiró películas como “Dirty Harry” (1971), tomando una estructura y formas muy parecidas a las de una de sus películas de referencia: “All The President’s Men” (Alan J. Pakula, 1976), escrita por William Goldman y protagonizada por Dustin Hoffman y Robert Redford. Anthony Edwards, Chloe Sevigny, Elias Koteas, John Carroll Lynch y Brian Cox, entre otros, completan el reparto de un film absolutamente modélico.
El director de fotografía fue Harris Savides [ASC], un hombre cuya carrera en cine, entre su tardía llegada y su prematuro fallecimiento por un cáncer cerebral a los 55 años de edad en el año 2012, desgraciadamente fue demasiado corta. Procedente de los videoclips y de los anuncios publicitarios, debutó en 1996 con “Heaven’s Prisoners” a las órdenes de Phil Joanou. Ya el año anterior había rodado metraje adicional para David Fincher en “Se7en” (1995), quien le contrató para su siguiente film, “The Game” (1997), la película que puso a Savides en el mapa. Posteriormente destacó mucho con “The Yards” (James Gray, 2000) y con varios trabajos para Gus Van Sant: “Finding Forrester”, “Gerry”, “Elephant”, “The Last Days” y “Milk”, además de por su trabajo para Jonathan Glazer en “Birth”. Además tuvo tiempo para colaborar con Ridley Scott en “American Gangster”, con Woody Allen en “Whatever Works” o con Sofia Coppola en “Somewhere”. Su estilo, muy sencillo y poco recargado, a menudo estaba dominado por la subexposición y la luz cenital, a veces asumiendo grandes riesgos, siguiendo en muchos aspectos la línea de Gordon Willis durante la década de los 70.
Savides por lo tanto era el director de fotografía ideal para Fincher en este proyecto, ya que el citado modelo “All The President’s Men” precisamente fue fotografiado por el autor de “The Godfather”. Ambientada desde finales de los años 60 hasta principios de los 80, “Zodiac” sorprendió mucho porque fue el primer proyecto de David Fincher rodado en formato digital y porque hasta aquél momento, dicha forma de adquisición se había empleado principalmente en películas como “Attack of the Clones” (2002) y “Revenge of the Sith” (2005), “Collateral” (2004) y “Miami Vice” (2006) o incluso “Apocalypto” y “Superman Returns” (2006), sin que ninguna de ellas (dejando de lado del film de Gibson) fueran películas de época. Savides (ante la insistencia de Fincher) recurrió a la cámara Thomson Viper Filmstream, la misma usada por Michael Mann en las dos películas citadas anteriormente, pero a diferencia del director de “The Last of the Mohicans”, en el caso de “Zodiac” los cineastas no lo hicieron para rodar con niveles de luz muy bajos o luz disponible, sino que rodaron en HD iluminándolo de forma muy parecida a como lo hubiesen hecho rodando en 35mm. Por ello, el efecto vídeo de las películas de Mann, tanto por la textura de la imagen como por emplear el obturador abierto, no está presente en absoluto en “Zodiac”, que en muchas ocasiones es mencionada como un hito precisamente porque su estética digital fue la primera que demostró que en este formato podían seguir obteniéndose imágenes de parecida calidad a las que se conseguían con el celuloide. Y aunque la Viper era una cámara limitada (con un sensor pequeño y no tanta latitud como las modernas) lo cierto es que prácticamente nunca se perciben dichas limitaciones.
Excellent article on the cinematography of Mindhunter by Spanish DP, Producer and cinematography scholar Ignacio Aguilar. Time to practice your rusty Spanish or get help from a good web translator.
Serie creada por David Fincher para Netflix, basada al parecer en investigaciones y trabajos reales del FBI y que está ambientada hacia 1977. El protagonista es un joven agente (Jonathan Groff), quien tras una operación fallida es relegado a dar clases formativas junto a otro agente más veterano (Holt McCallany) viajando por el país y estudiando casos concretos de crímenes reales. Para intentar resolverlos, los agentes comienzan a entrevistarse con asesinos en serie a fin de estudiar su psicología y tratar de aplicar lo aprendido para resolver los nuevos casos que se van presentando. Pero la cercanía con los asesinos y sus mentes provocarán un fuerte impacto en el protagonista. Hannah Gross, como su novia, así como Anna Torv, como una psicóloga que en principio colabora con el equipo y posteriormente se une al mismo, forman el reparto principal, en el que Cameron Britton, como uno de los peligrosos asesinos que aparecen en los diez episodios de esta notable primera temporada, crea una gran impresión.
Fincher se ha hecho cargo de cuatro de estos diez episodios de arranque (los dos primeros y los dos últimos), mientras que Christopher Probst [ASC] rodó los dos primeros y Erik Messerschmidt los ocho restantes. Probst es un viejo conocido de los lectores de “American Cinematographer”, ya que desde hace más de dos décadas colabora con la revista con entrevistas y artículos y, desde hace años, viene siendo su editor técnico. Seguramente en alguna de estas entrevistas conoció a Fincher en los años 90. Desde entonces, en paralelo, ha venido desarrollando una sólida carrera como director de fotografía en videoclips, con trabajos para artistas como Taylor Swift o Eminem entre muchos otros. “Mindhunter” es su primera gran oportunidad en la ficción, como lo es también para Messerschmidt, ya que hasta la fecha su oficio venía siendo el de “gaffer” o jefe de eléctricos. Como ya le sucediera a Claudio Miranda, “gaffer” en parte de “Se7en”, “The Game” y “Fight Club” al que Fincher dio su primera gran oportunidad con “The Curious Case of Benjamin Button”, Messerschmidt ocupó este cargo para Jeff Cronenweth en “Gone Girl” y Fincher le ha ofrecido con esta serie la oportunidad de rodar una importante serie de televisión.
Desde hace muchos años, en concreto desde los tiempos de “Zodiac” (2007), con la que esta serie guarda bastantes similitudes temáticas y estilísticas, David Fincher ha venido siendo un abanderado de la tecnología digital para adquirir sus imágenes. Desde 2010, Fincher ha sido fiel a la empresa de cámaras RED, habiendo empleado casi todas sus cámaras en sus proyectos: la Red One MX en “The Social Network”, una mezcla de Red MX y Epic MX en “The Girl With the Dragon Tattoo” (2011), así como la Epic Dragon en “Gone Girl” (2014). Incluso también su serie “House of Cards” (2013) empleó los sensores Mysterium-X y Dragon. Fincher, por lo tanto, es uno de los más prestigiosos cineastas del universo RED, de modo que no resulta del todo extraño que la empresa le haya fabricado tres cámaras customizadas (denominadas Red Xenomorph, que recuerdan estéticamente al “Alien” de Giger, saga en la que participó Fincher como director). Estas cámaras incorporan el mismo sensor Dragon que Red Weapon convencionales, pero además de una forma más ergonómica, proporcionan más conexiones, vídeo y motores inalámbricos, etc. En cierto modo, lo que a estas alturas Red debería estar ofreciendo ya a sus consumidores, en lugar de sus cámaras modulares tradicionales con las que nunca parece poder competir con ARRI, excepto para Netflix, ya que sus cámaras son las únicas de “alta gama” (además de las Sony) que cumplen con el requisito de los 4K nativos (que llevan a absurdos como el hecho de que la única Alexa que se puede emplear sea la Alexa 65).